domingo, 13 de mayo de 2012

'La gobernadora de esta provincia es la gente, no yo'

"No quiero aislarme", dice la gobernadora mientras camina por el centro de la ciudad y saluda y atiende a quienes se le acercan, unos para tomarse fotos con ella y otros para pedir obras. Quiere palpar la realidad ella misma, sin intermediarios. Detesta la burocracia y busca un servicio público de excelencia.

Caminar libremente por el malecón o servirse una ensalada de frutas en un pequeño local esquinero. Son dos gestos que muestran a Viviana Bonilla (28 años) sencilla, sin poses, casi como si no supiera que es la mujer más poderosa de la provincia.


En Guayas representa al Primer Mandatario, quien hace tres semanas la nombró gobernadora y predijo que podría ser la futura Presidenta de la República.

Con su largo cabello negro y su sonrisa de dientes blanquísimos se identifica como una revolucionaria que no concibe que el capital esté sobre el ser humano. Es -confiesa- una revolucionaria que cada mañana reza a la Virgen de Schoenstatt para que la guíe en sus pasos.

- ¿Qué gobierna la gobernadora?

- En lo personal, a mi familia. La amo y respeto su espacio. Y estoy consciente de que si uno no tiene armonía en el hogar no tendrá armonía en el trabajo.

- ¿Y en la política?

- Políticamente tengo claro que aquí me gobiernan mis guayasenses.

- ¿Ellos la gobiernan a usted? ¿No es al revés?

- Ellos me gobiernan. Son los que disponen lo que tengo que hacer en su beneficio. Son quienes me obligan a buscar la excelencia en el servicio público. Es la gente que estrecha mis manos y que escucho directamente cuando salgo a la calle o visito ciudades, cantones y zonas de la provincia.

- ¿Son sus primeros pasos hacia la Presidencia de la República, como dijo Rafael Correa?

- No pienso en eso todavía. Estoy centrada en trabajar por el bien de mi provincia y lo que pueda resultar de eso es algo secundario.

- Usted dice que no piensa en eso "todavía". ¿Quiere decir que sí está en sus planes una candidatura a la Presidencia?

- Hace cinco años yo no me hubiera imaginado ser asambleísta. Pero el destino cambia. Me dio esa oportunidad de ser legisladora y ahora de ser gobernadora. Mañana no sé dónde pueda estar. Lo que sí sé, y lo puedo asegurar, es que en cualquier espacio trabajaré al 100%.

- ¿Le sorprendió llegar a la Asamblea?

- Estuve en la política universitaria. Fundamos un movimiento de izquierda en la Universidad Católica de Guayaquil. De una u otra forma, eso me fue preparando el camino para la política nacional.

- ¿El mismo movimiento de izquierda que integraba en ese tiempo el presidente Correa?

- Rafael Correa no estaba en la Facultad de Derecho y ya no era estudiante en mi época, pero, claro, era la misma línea. En la Facultad de Derecho nuestro movimiento surge como un espacio de rebelión contra los movimientos arraigados durante muchos años.

- ¿Cómo surge un movimiento de izquierda en una ciudad donde han dominado la derecha y el socialcristianismo?

- Más que movimientos de izquierda diría que fueron surgiendo movimientos, ideologías y pensamientos de reproche a lo que durante muchos años se venía imponiendo en el país. Había muchos ciudadanos cansados de cierto tipo de ideología y de cierta manera de hacer política. Y así nos fuimos consolidando.

- ¿Cuál era la principal crítica a esa derecha?

- Durante muchos años se ejerció, en especial en Guayaquil, una política de derecha no orientada al servicio de los ciudadanos, sino de los poderes tradicionales, como por ejemplo el de los grandes banqueros que quebraron el país y perjudicaron a millones de ecuatorianos.

- Entonces, ¿la izquierda es la alternativa?

- Tenemos que ser claros. Mi ideología es de izquierda, pero en lo personal soy muy conservadora, voy a misa los domingos, rezo cada mañana, soy muy creyente y tengo bien definidos mis principios. Eso rige mi vida, así que no hay que ser tan tajantes y decir los izquierdistas son así y los de la derecha son así. Hay puntos medios en la vida.

- ¿Socialista? ¿Izquierda cristiana?

- A mí me gusta llamarme revolucionaria. Soy una revolucionaria que lucha contra un sistema que hay que cambiar. Como joven, me siento bien con el término revolucionaria.

- Hay revoluciones fracasadas, como la de la Unión Soviética, por ejemplo. O la de Cuba, que se sostiene por apoyos externos...

- Revolución no necesariamente implica una ideología de izquierda. Revolución es romper esquemas y hacer un cambio trascendental. Cuando yo era muy pequeña viví muy de cerca la quiebra de los bancos. A mi abuelo le dio un infarto por eso y luego murió. Me formé la percepción de que la política era negativa, hasta que apareció Rafael Correa. Yo estaba en la universidad y no me interesaba absolutamente nada de la política y no creía en ningún político, pensaba que era lo mismo de siempre, pero cuando él aparece nuestro movimiento de izquierda de la universidad lo empieza a apoyar.

- ¿Con qué se identifica de la personalidad de Rafael Correa y su forma de conducir el país?

- Que se hagan las cosas rápido. Detesta que los mandos medios no ejecuten las cosas. Detesta la burocracia. Yo llego todos los días a mi despacho, alzo el teléfono y trato de gestionar lo que más puedo porque me gusta ser ágil y rápida y conseguir resultados inmediatos.

- Pero, como líder, no es una actitud ejecutiva tratar de hacerlo todo uno mismo...

- Hay que rodearse de un buen equipo, de gente que entienda la lógica del trabajo de quien dirige la institución. Si el equipo no está preparado para mi ritmo de trabajo, no vamos a dar resultado. Mi equipo sabe que inicio mi jornada muy temprano y termino muy tarde.

- ¿Usted ve al periodismo como un enemigo?

- No se puede decir que todo el periodismo es así. Tengo amigos periodistas, jóvenes que realmente están comprometidos con la lucha por informar y por la libertad de expresión.

- ¿Comparte la opinión del Presidente sobre los medios y los periodistas?

- Cuando el Presidente se refiere a esos temas habla de cierto tipo de prensa, no de toda la prensa. Detrás de los grandes medios hay gente pensante, trabajadora. Es muy importante aclarar que hay muchas personas responsables comprometidas con lo que es ser periodista.

- ¿Qué critica usted del gobierno de Correa?

- Más que crítica es una exigencia y un recordatorio de una gran deuda que tenemos con el país: la revolución agraria. Estamos tratando de llegar con salud, educación, infraestructura y vías, pero nos falta la revolución agraria.

- ¿Una revolución agraria tipo marxista?

- Una revolución que empodere a los dueños de la tierra, que devuelva a nuestros agricultores lo que se les arrebató hace muchos años.

- ¿Quiénes les arrebataron la tierra?

- Los grupos de poder que explotaron a nuestros agricultores durante muchos años.

- ¿Usted es de la línea de Ricardo Patiño?

- No, somos un grupo de jóvenes que apoyamos a la revolución ciudadana. Creo en el proyecto político y en el presidente Rafael Correa.

- ¿La revolución ciudadana es el correísmo?

- El mismo presidente Correa ha dicho que no. Que si una persona se vuelve necesaria, el proyecto está fracasando. Por eso debemos seguir preparándonos para que la generación más joven reemplace a la otra. Nadie es imprescindible en un real proceso de revolución.

- ¿Una revolución caudillista o caciquista?

- Nuestro líder es Correa, pero a él le molesta muchísimo cuando le dicen eso. Es un gestor más, porque la revolución la estamos haciendo todos desde muchos espacios y con muchas personas con ideas limpias y claras.

- ¿Hay mucho que limpiar y esclarecer de la gobernación anterior?

- La reestructuración empezó desde el Ministerio del Interior y es parte de mi propuesta: un servicio público excelente. Queremos procesos que permitan transparentar lo que hacen las intendencias y las comisarías.

- ¿Hubo corrupción en la gestión de Cuero?

- No lo sé. Eso deben decirlo las instituciones correspondientes, así que, por mí, que se investigue lo que se tenga que investigar.

- ¿Usted será la contraparte del alcalde Nebot?

- Yo he venido con la intención de trabajar con todos los alcaldes y el prefecto del Guayas.

- ¿Incluido Nebot?

- Incluidos todos los alcaldes de la provincia.

- ¿Está evadiendo la pregunta?

- No, pero no es mi prioridad. Mi prioridad es trabajar por la gente de mi provincia.

- ¿Si él le pidiera audiencia, lo recibiría?

- Por supuesto.

- ¿Y si él la invitara al despacho municipal?

- No tendría problema en aceptar.

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