Las lecciones de estos tiempos dejan en la ciudadanía enseñanzas y profundas reflexiones.
Si las asimilamos y las entendemos, seremos capaces de caminar con firmeza, corrigiendo y reconociendo los errores, y ¿por qué no? reafirmando los aciertos.
Si no llegamos a distinguir los ofensivos golpes recibidos, no avanzaremos, y estaremos sometidos a la indiferencia y la insolidaridad.
Entendiendo estas enseñanzas, emprendimos “La gran cruzada por el fortalecimiento de la seguridad ciudadana”, un proceso en el que deben confluir todos las y los ciudadanos responsables, donde sus hijos y vecinos vivan en un ambiente armónico, libre de desorden, de violencia y delincuencia; solo así, recuperamos la representación y representatividad para exigir y defender nuestro derecho a la vida y el primer derecho social que tenemos los ecuatorianos: la paz y tranquilidad.
Este proceso de unidad se erige cuidadosamente en nuestro país, sin falsos protagonismos, sin fines competitivos, desde un lenguaje que convoque a la solidaridad y al respeto, consultando e involucrando a la comunidad en la toma de decisiones, sin perder los grandes objetivos.
Estamos construyendo una organización diferente, las y los brigadistas que la integran se sientan auténticamente ligados, vinculados, representados y esa organización son las Brigadas Barriales de Seguridad Ciudadana, iniciativa eminentemente cívica, apolítica, con un conglomerado social ordenado, disciplinado; un voluntariado de hombres y mujeres con profunda conciencia comunitaria que trabajan con la Policía Nacional para brindar paz y seguridad a la comunidad.
Aunque sus inicios se remontan al año 1996, las Brigadas Barriales de Seguridad Ciudadana, en la actualidad se han visto reconocidas, potenciadas y apoyadas por el Gobierno Nacional mediante Acuerdo Ministerial No. 1845 del 19 de enero de 2011, en el que se establece una trilogía Ministerio del Interior-Policía Comunitaria-Brigadas Barriales de Seguridad Ciudadana.
Han transcurrido 16 años de presencias y dedicaciones para que un Gobierno entregue la partida de nacimiento a esta organización de seguridad barrial que tiene asimismo amparo en la Constitución, en la Ley de Seguridad Pública y del Estado, en la Ley Orgánica de Participación Ciudadana y en el Instructivo para Brigadistas Barriales y su Reglamento Interno. Actualmente, se conforman los consejos parroquiales, cantonales y provinciales de seguridad ciudadana, espacios locales de participación e inclusión ciudadana que las brigadas barriales integran, asimismo el representante nacional de las Brigadas Barriales es parte del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (COSEPE), representaciones que contribuyen a la organización y fortalecen el accionar de la Policía Nacional, confirmando la necesidad de integración y unidad para enfrentar los problemas de seguridad.
Con esto se va generando una conciencia colectiva de servicio y seguridad para entregarla al verdadero poder y legitimidad que tiene el Estado: su pueblo. Para nadie resulta desconocido que la sociedad contemporánea enfrenta el impacto de la inseguridad como consecuencia de variadas conductas antisociales. Esta situación pone en riesgo la convivencia pacífica y la tranquilidad de la comunidad, por lo que deviene imprescindible la organización de grupos y colectivos como las brigadas barriales de seguridad ciudadana, estructura en el territorio que demuestra que en los sectores donde existen se ven reducidos notablemente los índices de inseguridad.
El Ecuador requiere de un acuerdo nacional de ciudadanas y ciudadanos en apoyo a las propuestas e iniciativas que vienen de los gobiernos autónomos descentralizados y del Estado para erradicar la inseguridad.
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