viernes, 7 de septiembre de 2012

CUIDA A TU PAREJA...


Por el Padre Ricardo Búlmez.

Voy a decir algo que con seguridad va a molestar a muchos, pero que cuando se
los explique les va a molestar más, y es que a veces cuidamos más lo seguro que
tenemos, que lo inseguro.
Me explico: yo siempre digo, no cuides tanto a tu familia, cuida a tu pareja y
la gente se sorprende.

¿Pero como que no voy a cuidar mucho a mi familia? ¡Es mi familia! Y no, tu
familia, que es tu familia, está segura, es tu familia, nunca se
pierde.
¿Ustedes han oído decir a alguien «allí va mi ex hijo, allí va mi ex
padre»? No, ¿verdad? Pero han oído mucho, «allí va mi ex pareja».
Entre los
padres, los hijos, los hermanos, la familia, lo más seguro que se tiene, no hay
ex.
Ellos están allí y por muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo que
tarden en escribirse o en hablarse, ellos están allí.
Usted no puede decir
«aquella señora que va pasando por allí fue mi madre por 35 años».
Ella está
allí, ella está segura.
Y es más, les voy a decir otra cosa, de todos los amores, que es tender lazos,
de todos los puentes, el amor más débil que existe es el de pareja. En una
pareja no hay nada.
Por eso hay que darlo
todo, para quedarse con algo.

Tener una pareja es como cuidar una flor.
Si una flor no se riega, se muere, y
si se riega mucho, también.
Hay que ser un artista para cuidar una flor.
Yo no
sé cuidar flores, por eso soy cura.
Por eso, el amor de padre, de madre y de
hijo es como tener un «cují coriano», nadie los riega, pero está ahí.
Eso que
llamamos amor eterno se da en papá, en mamá, en un hijo, y en los amigos, que
también puede ser un amor eterno.
Pero en una pareja es un amor diario, tiene
que cuidarse todos los días.

Tengo un hermano en los Estados Unidos que se fue hace más de diez años y duré
más de diez años sin hablarle.
Nunca le llamé, y puedo decirlo que hasta por
descuido.
Siempre sabía de él por mamá, y cuando vino por primera vez desde que
se había ido, lo fui a buscar al aeropuerto, y cuando nos vimos el abrazo fue
tan fuerte que lloramos de emoción. Allí estábamos.

Pero vete de tu pareja diez años a ver qué encuentras.
Eso es lo que dice que
el amor de pareja es amor de todos los días.
Yo puedo hablar con mi mamá cada
semana, una vez a la semana, pero si tuviera pareja la estuviera llamando a
cada
momento.
Y no es que sea bueno o malo, es que el amor es así.
No se quiere a
nadie más por no querer al otro.

Por ejemplo, yo comparo el amor de aquellas parejas que por alguna
circunstancia del destino tienen un hijo discapacitado.
No es que no quieran a
los otros, pero ellos están seguros.
De aquél tienen que estar más pendientes,
porque se puede caer, porque a lo mejor no come solo.
En cambio, los otros
están y los
quieren igual, y saben que están ahí.

Si tengo una pareja, ese es el amor discapacitado.
De ese tengo que estar más
pendiente porque necesita más.
El amor de madre es independiente, el amor de pareja es dependiente.
Ella
depende de mí y yo dependo de ella.
Estamos unidos «hasta que la muerte nos
separe», pero el amor que nos debemos es como el amor de un hijo
discapacitado
.

Quien tenga esa hermosa Flor, ya saben lo que tienen que hacer, regarla todos
los días para que siempre este fresca y radiante y se mantenga ahí, hasta que
Dios decida llevársela de este mundo, y los que no, no dejemos de tener Fe de
que Dios nos regalara
nuevamente una flor para nuestro Jardín.

Dios les Bendiga

No hay comentarios:

Publicar un comentario