El dictamen emitido por la Jueza de la Unidad Primera de lo Laboral del Consejo de la Judicatura de Pichincha, Marcia Córdova, desestimó por improcedente la acción de protección presentada por los 101 policías que fueron desvinculados de la institución, vía acuerdo ministerial.
En su argumentación, la jueza calificó de improcedente esta acción por cuanto no se violaron los derechos humanos de los mencionados ciudadanos, se cumplió con el debido proceso al haber verificado la normativa legal vigente y el procedimiento policial establecido para la desvinculación de los reclamantes.
No se violaron procedimientos ni el derecho a la no discriminación, por cuanto este proceso que separó a 208 policías constituye una autodepuración de la institución, con base en criterios de idoneidad de sus elementos.
La calificación de No Idoneidad responde a un sumario técnico efectuado por la Inspectoría General de la Policía Nacional, sobre la base de la nueva doctrina policial, la misma que establece que “ la Policía Nacional ecuatoriana debe ser un ejemplo digno de imitación por la honestidad que realiza su trabajo y por la integralidad de sus acciones".
El abogado defensor del Ministerio del Interior, Diego Fuentes, insistió en que durante el proceso no se alteraron los derechos de los trabajadores policiales, en especial el del debido proceso, posición oficial que fue defendida y respetada de acuerdo a la Constitución y leyes vigentes de la República.
Agregó que todos los 208 elementos policiales vinculados a hechos ilícitos fueron notificados oportunamente a través de varios medios y en todas las provincias del Ecuador. Esta causa se basó en la potestad que tiene el Ministerio del Interior y que defiende los intereses públicos sobre los intereses particulares.
La defensa del Estado argumentó la constitucionalidad y legalidad del Acuerdo 3338 que desvincula a este personal amparado en los artículos 154,158,163,425 y 426 que constan en la Constitución de la República.
El Ministerio del Interior y la Policía Nacional continuarán depurando a todos los malos elementos de la institución. Sólo los mejores y más honestos ciudadanos pueden ser parte de la noble institución policial.
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