viernes, 4 de febrero de 2011

¿Qué se entiende por participación ciudadana?

La seguridad ciudadana abarca entre otros aspectos, la participación de la comunidad; sin embargo, ¿Qué entiende la ciudadanía como participación comunitaria?
¿Cómo aplicarla al tema de la seguridad?

Experiencias de participación comunitaria en seguridad a nivel internacional
En los últimos años se han desarrollado diversas propuestas en varios países del mundo sobre participación comunitaria en seguridad, tanto a escala nacional como local, a través de municipios o diferentes organizaciones policiales

1. En Francia, durante los años 80 y 90 se crearon los Conseils Communaux du Prevention de la Delinquance(CCPD), que recuperaban tres valores de la racionalidad política alentada por el gobierno socialista: la descentralización administrativa, la incentivación de la participación ciudadana y la cooperación e interacción entre las agencias del Estado y los actores de la sociedad civil. Para el año
2000 existían en Francia aproximadamente 700 CCPD.

2. En Argentina existen los Centros de Gestión y Participación (CGP), que son organismos del gobierno de la ciudad localizados en distintos barrios y tienen a su cargo, entre otras, algunas funciones de mediación en la resolución de conflictos.
Estos entes coexisten con otras experiencias comunitarias autogestionadas totalmente por vecinos/as.

3. En Chile, a finales de 1998 existían aproximadamente 261 Comités Vecinales de Seguridad Ciudadana en Santiago. En estos espacios se ha realizado más un ejercicio de contraloría social hacia la policía y se ha ensayado el modelo de policía
comunitaria.

4. En Sao Paulo-Brasil al igual que en Santiago de Chile, los Comités Vecinales de Seguridad Ciudadana han servido especialmente para realizar reclamos y demandas hacia la policía; mientras en Belo Horizonte, los consejos comunitarios tuvieron un corte más inclinado a las “autodefensas”, por lo que fueron considerados como un fracaso.

5. En Villa Nueva-Guatemala, los Comités de Seguridad Ciudadana tienen un carácter más informativo desde la comunidad hacia la policía, y funcionan solo en sectores de clase media a clase alta.

6. En Bogotá-Colombia se constituyeron más de 5.400 “Frentes locales de seguridad”, los cuales constituyen una red de apoyo al trabajo policial, realizando tareas de vigilancia informal.

Las brigadas barriales de seguridad ciudadana: participación comunitaria en la seguridad ciudadana
A mediados de los años noventa del siglo pasado, el Ecuador enfrentaba la Guerra del Cenepa. Esta situación dio origen a las brigadas barriales de seguridad ciudadana como respuesta a la falta de personal policial que al momento se encontraba reforzando la frontera, y al aumento de la percepción de inseguridad que por
ende se vivía en la época.
En este sentido, la Policía Nacional definió a las brigadas barriales como “organización comunitaria, apolítica, de autoprotección y solidaridad ciudadana, tendiente a mantener un adecuado nivel de seguridad pública y personal en coordinación con la Policía Nacional, que es la institución responsable del entrenamiento de los brigadistas y conducción de las acciones comunitarias de seguridad pública, con la finalidad de crear las condiciones de paz y orden público necesarios para el desenvolvimiento de las actividades socioeconómicas de la comunidad”
(Policía Nacional del Ecuador 1995).
Sin una asignación presupuestaria por parte del Estado para la preservación del orden público y la paz ciudadana, a mediados del año 1996, la Policía Nacional dió impulso al apoyo de barrios para fomentar la protección, la solidaridad
ciudadana y la seguridad pública. Esto constituyó más tarde el eje de las acciones comunitarias que permitirían el descenso del índice delictivo, llegando a conformarse brigadas barriales que a través de la autogestión, lograron reunir una importante suma de dinero para la adquisición y mantenimiento de vehículos.
Sin embargo, no existió apoyo financiero estatal para el mantenimiento y movilización de las unidades, cuyos gastos fueron cubiertos únicamente con
recursos de la propia comunidad, lo cual generó que a largo plazo estos vehículos funcionen escasamente.
Por tal razón, se podría decir que este esfuerzo fue un primer intento por consolidar una política de seguridad pública, a través de un proyecto ambicioso que
regularía la participación de la comunidad, no obstante, esta iniciativa generó un movimiento de resistencia en varios niveles de la institución policial.
Actualmente, la creación de la Dirección Nacional de Policía Comunitaria ha dado un nuevo impulso a las Brigadas Barriales de Seguridad Ciudadana.
La primera estrategia es capacitar a los Brigadistas Barriales que hoy existen y animar al resto de la ciudadania a que se sume a este voluntariado.

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